
Nuestra vida suele ser más o menos ordenada… hasta que llega el verano. Las altas temperaturas nos invitan a salir más, disfrutar del aire libre, quedar con los amigos, organizar planes que incluyen –cómo no– comida, bebida o ambas, y hay veces que se nos olvidan todos los buenos hábitos que hemos adquirido durante el resto del año. Por ello, es importante que durante la época estival mimemos aún más nuestra alimentación y nos sigamos manteniendo activos (aunque con 400 encima lo que menos apetezca sea hacer cualquier cosa que nos invite a seguir sudando).
Te dejamos algunos consejos para que las vacaciones también nos dejen un buen sabor de boca, nutricionalmente hablando
NO EXISTE EL TIEMPO
Nos olvidamos del reloj y, con suerte, hasta del teléfono móvil. Los días se alargan y las noches invitan a disfrutarlas. Por ello, una de las comidas que más puede sufrir es el desayuno. Es importante no descuidarlo y “pasar” de la zona del buffet que se llena de bollería, embutidos o zumos industriales.
AL CALOR DEL CARBÓN
O de la plan- chita a punto para que la llenemos de cosas ricas. Las barbacoas y parrilladas son para el verano, pero mejor si las hacemos con productos como verduras, pescado, marisco o carne blanca.
FRUTA, SIEMPRE
Nos refresca, sacia y es siempre la mejor opción, tanto para comerla como postre, acompañando el desayuno, o para picar entre horas.
VERDE, QUE TE QUIERO VERDE
O rojo, o naranja, o amarillo… Las cremas frías y los gazpachos son recetas que vuelven todos los veranos y siempre triunfan. Junto a las ensaladas, que pueden ser también de legumbres o quinoa, son una apuesta segura para los meses más calurosos del año. No olvidemos que las hortalizas refrescan y que hay un sinfín de recetas que podemos hacer con ellas.
PARA LA SED, AGUA
Mantenerse hidratado es fundamental. Aunque los anuncios de refrescos o pro- ductos similares nos traten de convencer de que son nuestros aliados, no olvidemos que contienen un alto contenido en azúcar y que el mayor enemigo contra la sed en realidad es el agua. Lo mismo ocurre con las bebidas alcohólicas, que hay que evitar, porque además de no ser saludables, deshidratan.
En el caso de querer apostar por un batido o zumo, elegir siempre los naturales.
AL RICO HELADO
¿A quién no le gusta? El problema es su alto contenido en grasa y azúcar, por lo que su consumo debe ser ocasional. Por suerte, siempre se puede apostar por helados caseros o artesanales hechos de fruta que, además de dar mucho juego, están muy buenos.
DE TEMPORADA
Color y sabor al máximo. Así son los productos de temporada durante los meses de verano. Gracias a ellos no solo podemos mantener una alimentación rica y equilibrada, sino también llenar de vida nuestros platos.
Algunas de las frutas estrella del verano son el albaricoque, la frambuesa, la fresa, el melocotón, el melón, la mora, la nectarina, la pera, la sandía o el tomate.
En cuanto a las verduras, las acelgas, la berenjena, el calabacín, la judía, la lechuga, la patata, el pepino, el pimiento, la remolacha o la zanahoria.
Y no nos podemos olvidar del pescado azul por excelencia estos meses: la sardina. Gracias a su alto contenido en omega 3 son muy beneficiosas para el organismo. En espeto, marinadas o en escabeche.
GD SALUD
Centro de educación alimentaria
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